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Ago

Dinámica del fósforo en los suelos, claves para una gestión eficiente

El manejo adecuado del fósforo (P) aumenta la productividad de los cultivos ya que estimula el desarrollo temprano de raíces, influyendo en la absorción de agua, nitrógeno y otros nutrientes. Al ser un elemento altamente reactivo en el suelo, rápidamente se transforma en formas más complejas de difícil absorción para los cultivos. Opciones como fertilizantes líquidos se presentan como una alternativa económica y eficiente.

El fósforo (P) es un mineral esencial para la agricultura y se considera el segundo nutriente más importante de los 17 nutrientes esenciales para el crecimiento de los cultivos. Su función no puede ser reemplazada por ningún otro nutriente y es necesario suministrar suficiente fósforo para que las plantas se desarrollen, crezcan y se reproduzcan de manera óptima. Su ciclo en el suelo es complejo y depende de factores físicos, químicos y biológicos. El fósforo se encuentra principalmente en forma de fosfatos, que pueden estar asociados a la materia orgánica, a los minerales o al agua del suelo.

Su disponibilidad para las plantas está determinada por el equilibrio entre los procesos de mineralización (liberación de fósforo orgánico a inorgánico) e inmovilización (incorporación de fósforo inorgánico a orgánico) por parte de los microorganismos del suelo. Estos procesos están influenciados por factores como el pH, la temperatura, la humedad y la actividad biológica del suelo.

Función del fósforo en los cultivos

Una de sus principales funciones en las plantas está relacionada con su participación en el metabolismo energético. Participa en la formación de membranas celulares, como de la membrana de mitocondrias, cloroplastos y de otros organelos. Es un constituyente de la molécula energética más importante de la planta, que es el ATP. Es indispensable en el proceso de la fotosíntesis, e interviene en todos los procesos de transferencia y almacenamiento de energía.

La falta de fósforo en las plantas puede causar graves daños durante su crecimiento vegetativo, en la expansión de las hojas, en los órganos reproductivos, en la iniciación floral, en el número de flores, así como en la formación y germinación de semillas. Normalmente, su deficiencia se manifiesta mediante una coloración púrpura en las hojas maduras. Es importante destacar que es un nutriente móvil en la planta, por lo tanto, estos síntomas aparecen primero en las hojas más desarrolladas y luego en las hojas jóvenes. Cuando estos síntomas se presentan, es un indicio de que la planta ha estado sufriendo una deficiencia de este nutriente durante mucho tiempo, lo cual puede tener un impacto negativo en el rendimiento.

Por ejemplo, es común que el follaje de las plantas torne a un color verde oscuro debido a que disminuyen los procesos de utilización de carbohidratos y estos se acumulan en los tejidos de la planta. En algunos cultivos como el tomate y el maíz, la deficiencia de fósforo se manifiesta como una coloración morada-purpura en tallos y nervaduras de las hojas.

Absorción y transporte del P dentro de la planta

El fósforo del suelo proviene en su mayor parte de la meteorización de minerales primarios como la apatita que es el fosfato tricálcico contenido en las rocas ígneas, hasta llegar al ión ortofosfato (PO4) que al ser químicamente muy activo se combinará inmediatamente con otros iones del suelo para ser adsorbido o mantenerse en solución y estar disponible para las plantas.

Se incorpora al penetrar en la planta a través de las capas externas de las células de los pelos radiculares y de la punta de la raíz. La absorción también ocurre a través de las micorrizas, que son hongos que crecen en asociación con las raíces de muchos cultivos. Se absorbe en la planta principalmente en forma de ion ortofosfato primario (H2PO4), pero también puede ser absorbido como ion fosfato secundario (HPO4.). La absorción de esta última forma se incrementa a medida que el pH del suelo aumenta.

Una vez dentro de la raíz, puede ser almacenado en esa área o transportado hacia las partes superiores de la planta. A través de varias reacciones químicas, se incorpora a compuestos orgánicos como ácidos nucleicos (ADN y ARN), fosfoproteínas, fosfolípidos, enzimas y compuestos fosfatados ricos en energía, como la adenosina trifosfato (ATP). Se mueve dentro de la planta en forma de iones ortofosfato y como fósforo incorporado en los compuestos orgánicos formados. De esta manera, se desplaza hacia otras partes de la planta, donde estará disponible para participar en más reacciones.

Variables que impactan en la disponibilidad de fósforo en suelo

Este nutriente se encuentra en el suelo en diversas formas, que incluyen minerales de fosfato, materia orgánica en descomposición y residuos de cultivos anteriores. Estas fuentes de fósforo pueden ser naturales o pueden agregarse al suelo mediante el uso de fertilizantes fosfatados.

El fósforo presente en el suelo no está directamente disponible para las plantas en su forma mineral. Las plantas dependen de microorganismos, como bacterias y hongos micorrícicos, para liberar el fósforo de las fuentes inorgánicas y convertirlo en formas solubles y disponibles para la absorción por las raíces de las plantas.

El pH del suelo condiciona su disponibilidad para la planta. En suelos alcalinos, es decir, con un pH superior a 7, su solubilidad disminuye debido a que reacciona con el calcio (Ca) formando compuestos insolubles o de baja solubilidad, como los fosfatos de calcio. Por otro lado, en suelos con un pH inferior a 6, tiende a ser fijado por el aluminio (Al) y el hierro (Fe), precipitando como compuestos insolubles. En este sentido, el rango de pH del suelo donde se logra la máxima disponibilidad de fósforo se encuentra entre 6 y 7. Otros factores que pueden condicionar su disponibilidad incluyen la compactación del suelo, bajas temperaturas, exceso o falta de humedad, escaso crecimiento de las raíces, acción de plagas y enfermedades en las raíces, el bajo contenido de materia orgánica en el suelo y la textura (cantidad y tipo de arcillas).

La mayoría de los suelos pampeanos poseen bajo contenido de fósforo disponible para las plantas. Las deficiencias se han agravado en los últimos 40 años debido a la falta de reposición y a la mayor extracción por las cosechas. Según Fertilizar Asociación Civil, el consumo de P como fertilizante a nivel país se ha incrementado notablemente en los últimos años, pero aún resulta insuficiente ya que la reposición del P removido por los principales cultivos de granos se estima en un rango del 50 al 60% según campaña.

Fertilizantes líquidos una alternativa económica y eficiente

Si bien, la fertilización con fósforo es una práctica generalizada entre los productores agropecuarios, determinar la fuente y el tipo de aplicación es clave para que la disponibilidad del P sea la que el cultivo necesita. Conocer los efectos de la aplicación de P, sobre el balance y las fracciones de P del suelo, puede contribuir a una recomendación de fertilización fosforada más eficiente, desde el punto de vista nutricional, operativo, económico y ambiental.

Numerosos estudios indican que más del 80 % del fertilizante fosfórico aplicado al suelo se vuelve inmóvil y no está disponible para la absorción vegetal debido al fenómeno de fijación, precipitación o conversión a la forma orgánica. La eficiencia de uso del fósforo (P) aplicado como fertilizante sólido generalmente es muy baja debido a diferentes procesos fisicoquímicos que fijan este elemento en el suelo. Esto ocurre porque el P reacciona con los componentes del suelo, lo que da lugar a la formación de compuestos con diferentes grados de solubilidad. Estos compuestos pueden quedar adsorbidos en la superficie de partículas minerales, incorporarse dentro de las estructuras minerales formando variscitas o apatitas, o precipitar y formar nuevos sólidos. Estos procesos están influenciados por las características físico-químicas del suelo y afectan la disponibilidad de P para los cultivos en los diferentes tipos de suelo.

Las formulaciones arrancadoras líquidas se presentan como una alternativa de mayor eficiencia para ser incorporadas al plan de fertilización del productor, ofreciendo numerosos beneficios. Estas formulaciones simplifican las tareas operativas, tienen elevada biodisponibilidad de los nutrientes que ofrecen y mejoran la ecuación económica del productor. A estas ventajas se le suma su precisión en la dosificación, la versatilidad en la formas y momentos de aplicación, además de ser un excelente carrier para sumar micronutrientes y bioestimulantes según la necesidad de cada cultivo y ambiente.

Desde lo operativo, los líquidos tienen una logística más sencilla que los granulados, el equipamiento es simple, económico, requiere menos mano de obra, los volúmenes a manejar por hectárea son menores desocupando y multiplicando enormemente la capacidad de trabajo de los equipos de siembra, con los consecuentes ahorro en tiempo y fletes.

Las Mejores Prácticas de Manejo del P implican la aplicación de la fuente correcta a las dosis, momento y ubicación correctos y se deben integrar a las mejores prácticas agronómicas que incluyen entre otras prácticas, la siembra directa y una adecuada secuencia de cultivos que incluyan gramíneas y cultivos de cobertura.

La combinación de fuentes líquidas de máxima biodisponibilidad a la siembra para un establecimiento óptimo del cultivo, con fuentes más económicas que puedan ser aplicadas fuera de ese momento crítico, se posicionan dentro de las estrategias más eficientes y sostenibles para el productor.

MapLiquid, es un arrancador líquido balanceado NPS de alta calidad, que se presenta como una excelente opción como fuente de máxima biodisponibilidad para los cultivos. Posee el fósforo 100% biodisponible con rápida asimilación, gracias a que no requiere procesos de transformación, ofreciendo una mayor cantidad de puntos de contacto, facilitando que las raíces lo incorporen logrando así un alto nivel de eficiencia. Al incorporarlo al plan de fertilización del sistema productivo, logramos mantener el equilibrio y la sustentabilidad del suelo. Es un producto versátil que ha sido ensayado en distintos momentos y lugares, desde pre siembra en cobertura total, a la incorporación en la siembra, o foliar en post-emergencia. Su uso de mayor eficiencia es cuando es incorporado junto a la semilla durante la siembra, gracias a que no posee pérdida ambiental.

Fuentes consultadas:
- Manual de Fertilidad de Suelos y Uso de Fertilizantes. Ingeniero Agrónomo Néstor Darwich. 2da edición Junio 2005
- La Fertilización Fosfatada en la Argentina: Actualidad, Manejo y Perspectivas. Fernando O. Garcia y colaboradores. 2009
- Fertilidad de Suelos y Fertilización de Cultivos. Hernán Echeverria y Fernando O. García. INPOFOS - INTA 2005
- Entendiendo el fósforo líquido - Fertilizar