Trigo

Estrategias eficaces para elevar los rendimientos del trigo

Una estrategia nutricional adecuada es fundamental para maximizar el potencial del trigo y optimizar el uso de los recursos. Las tecnologías más recientes en bioestimulantes foliares con nanominerales fortalecen y mejoran la salud del cultivo, permitiéndole resistir situaciones de estrés. Al complementarlo con zinc como micronutriente clave que mejora tanto la implantación del cultivo.

La degradación de los suelos como consecuencia de la agricultura intensiva y con baja reposición de nutrientes es una realidad que hace hoy fundamental pensar en estrategias de fertilización adaptadas a los diferentes cultivos, no siendo las gramíneas la excepción. 

La degradación de los suelos, consecuencia de la agricultura intensiva y la insuficiente reposición de nutrientes, es una realidad que hoy en día hace imprescindible implementar estrategias de fertilización adaptadas a los diferentes cultivos, incluyendo las gramíneas. Para alcanzar buenos rendimientos, la fertilización, especialmente con nitrógeno (N) y fósforo (P) son la clave, aunque ahora también hay que poner un ojo en algunos micronutrientes como el zinc (Zn), elemento clave en la etapa de germinación-emergencia especialmente en gramíneas de invierno como trigo, cebada y otros.

Por otro lado, los cultivos de trigo enfrentan numerosas situaciones adversas, como altas y bajas temperaturas, escasez hídrica, competencia de malezas por nutrientes, enfermedades y plagas, entre otras. Hoy en día, es necesario contar con cultivos más resistentes que puedan superar estas condiciones. El uso de bioestimulantes, junto con una correcta nutrición, incrementa la resistencia natural de las plantas al actuar sobre su fisiología a través de canales nutritivos. Esto mejora su rendimiento y calidad, y además contribuye a la conservación del suelo.


Tecnología en bioestimulación

Los bioestimulantes son sustancias biológicas, como hormonas vegetales o fitohormonas, que actúan sobre los procesos de la planta, favoreciendo su crecimiento y capacidad productiva. Aportan una serie de sustancias activas que mejoran su fisiología tanto en la parte aérea como en la radicular, proporcionando una mayor sanidad, mejorando la calidad de los frutos y favoreciendo a la absorción de nutrientes de manera más natural y biológica. Son una herramienta eficiente ante situaciones de estrés, como sequías, altas o bajas temperaturas, alta salinidad, plagas y enfermedades, colaborando para aumentar la resistencia de las plantas. 

Además, aseguran un adecuado balance hormonal que favorece la expansión floral, al flexibilizar y expandir las paredes celulares, lo que permite mejorar la captación de radiación y fotosíntesis.
Constituyen una herramienta ideal contra el estrés abiótico, ayudando a proteger y mejorar la salud del suelo y permitiendo un mejor desarrollo de microorganismos benéficos.

Estas hormonas vegetales o fitohormonas, son un compuesto producido internamente por una planta, que trabaja en muy bajas concentraciones y su principal efecto se produce a nivel celular, cambiando los patrones de crecimiento de los vegetales. Hoy se identifican 11 tipos de hormonas vegetales de las cuales 6 de ellas se relacionan con la autofagia (proceso esencial para la célula que participa a lo largo del desarrollo de las plantas). Estas son: el ácido abscísico, el etileno, las giberelinas, las auxinas, las citocininas y el ácido salicílico.
Las hormonas cumplen una función específica y todas en conjunto sinergizan los procesos metabólicos beneficiosos para el crecimiento, desarrollo y rendimiento.

-El Ácido Giberélico: estimula el desarrollo vegetal, interrumpe el período de latencia de las semillas para su germinación e induce la elongación de órganos.
-Las Auxinas regulan el crecimiento radicular el cúal es definido desde el desarrollo embrionario.

-El BAP (6-bencilaminopurina) es una citoquinina sintética que junto con las auxinas provoca respuestas de crecimiento y desarrollo de las plantas.
-El Ácido Salicílico da respuesta tanto a estrés biótico como abiótico, modulando el sistema antioxidante y aumentando la tolerancia a estrés salino, sequía, temperatura extrema entre otros.
 


Bioestimulación + Nutrición

Los bioestimulantes no reemplazan a los fertilizantes, sino que los potencian para lograr un mayor y mejor desarrollo del cultivo. Al proporcionar una protección adicional, permiten que los nutrientes de los fertilizantes se utilicen de manera más eficiente, mejorando la absorción de estos.

En muchos casos, dependiendo de la situación nutricional de los suelos, los tratamientos fisiológicos con hormonas de crecimiento pueden complementarse con el agregado de nutrientes específicos. A través de aplicaciones foliares, en las que se proporciona pequeñas dosis es estos macronutrientes en etapas clave del cultivo, en las que se desencadenan procesos o se definen componentes del rendimiento, es posible fortalecer el cultivo y mejorar los rendimientos finales. En el caso del trigo, es recomendación abastecer durante el período de macollaje / encañazón de hormonas y nutrientes que promuevan los procesos que permitan salvar situación de estrés y/o de déficit nutricional. 
 


Zinc, un nutriente olvidado

En varios estudios se ha observado un aumento en el rendimiento como respuesta a la fertilización con zinc, un micronutriente esencial crucial para el crecimiento inicial de los cultivos. El zinc (Zn) es indispensable para el desarrollo y reproducción de las plantas, participando en numerosos procesos metabólicos. Es un componente estructural de las paredes y membranas celulares, participando en la activación de enzimas y en síntesis de carbohidratos y proteínas. También desempeña un papel clave en la tolerancia de la planta al estrés y en su crecimiento reproductivo. Sus ventajas incluyen su capacidad como activador enzimático, promotor de la síntesis de auxinas y colaborador en el metabolismo del nitrógeno mejorando la eficiencia de su uso.

Otra función destacada además del zinc es su capacidad para favorecer la síntesis de hormonas de crecimiento, lo cual impulsa un incremento en el crecimiento radicular. Esto permite a las plantas explorar un mayor volumen de suelo, aumentando la captura de agua y nutrientes, y por ende, mejorando la eficiencia del sistema suelo-planta.
 


Al ser poco móvil en el suelo y también en la planta, se recomienda preferentemente la aplicación en siembra o foliar, para facilitar su aprovechamiento y minimizar la necesidad de traslocación a los órganos y células que funcionarían como destino del nutriente.

La tecnología aplicada a los fertilizantes líquidos permite encontrar en el mercado, formulaciones con nutrientes a escala nanométrica, potenciando su biodisponibilidad y favoreciendo una absorción más activa y eficiente. Esto se debe al aumento en la relación superficie/volumen que facilita la interacción con las células vegetales. Además, la disponibilidad en escala nanométrica impacta positivamente en el metabolismo y fisiología de las plantas, lo que puede resultar en una mayor generación de biomasa y rendimiento en grano, siempre y cuando no existan otras limitaciones.

La aplicación de nanopartículas es una tecnología de última generación que está transformando la agricultura, ofreciendo herramientas para mejorar la capacidad de las plantas en absorber los nutrientes y crecer con mayor velocidad, incrementando el rendimiento de manera sustentable y reduciendo el impacto ambiental. La palabra «nano» significa una billonésima parte, refiriendo a su minúsculo tamaño, siendo así un medio eficiente para distribuir nutrientes, de una manera controlada y dirigida.

 

ALS Bio Gramíneas®, es un complejo nutricional a base de nanopartículas de zinc, en combinación con un complejo hormonal estimulador del crecimiento y mitigador de los estreses abióticos, especialmente formulado con auxinas, giberelinas, citoquininas y ácido salicílico, perfectamente balanceados. 
Su formulación se compone de nanopartículas con polisacáridos que permiten obtener suspensiones concentradas altamente estables en el tiempo con un tamaño de entre 35 y 38 nanómetros.

Como ventaja adicional, permite la optimización de costos al poder ser aplicado junto a cualquier otro tratamiento con herbicidas /fungicidas /insecticidas, ahorrando costos operativos.

Por lo expresado, aportarle al cultivo una combinación balanceada de nutrientes y hormonas nos permite asegurar un mejor crecimiento, desarrollo y producción, y mitigar los efectos de los estreses abióticos y bióticos a los que son sometidos bajo condiciones extensivas de campo.


 

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